EL VIENTO DE UMANAK
El viento de Umanak
El viento que no viene de ningún sitio ni va a ningún lugar, el viento que en ocasiones sopla sobre las cabezas de algunas personas, y les deja la chispa, la genialidad, o la locura genial que les lleva a desafiar los límites establecidos, visibles o invisibles y adentrarse en lo increíble, en lo sublime. El viento, el viento de Umanak, que debería un día rugir sobre todos nosotros, y permitirnos poseer la chispa, la genial locura de vivir con dignidad.
lunes, enero 31, 2005
Se desarmó el Belén.
Ayer Domingo, se desmontó el Belén.

Los últimos restos de la Navidad, fueron empaquetados y almacenados.

El Belén, ya se fue.

Lo que ocurre, es que la contrata de desmontarlo, la tiene el suprafirmante. Tos’ los años. Y esta costumbre, la verdad, me tiene encantado.

Una por un poco de pereza, otra por que me gusta verlo cada vez que entró a casa y otra por la consigna personal de ser un poquito original en lo que se pueda, la cosa es que el Belén se resiste todos lo años en ser desmantelado.

Y no es que defiendan sus personajes su derecho a ser o estar, replegándose en una bolsa de resistencia, lanzando como munición bolas de corcho a quien se acerque, no. Asumo la total responsabilidad.

Y ahí estaba, siendo la comidilla de quien se acercaba por casa. –Uy! Aún tenéis el Belén?, nosotros lo quitamos después de los Reyes- argumento que todos esgrimen más o menos. Y así, está servido que sea motivo de conversación por toda la escalera. Y yo para dar más pábulo al asunto a la pertinaz y lenguaraz concurrencia, argumento: -Es que nos gusta mucho, nos da penita, igual el año que viene lo tenemos todo el año, si casi por un poquito más...-

Y así, el marujeo vecinal está servido.

Y es que también tiene su encanto el belencito, con sus anacronismos y todo. Porque la verdad eso de un niño Jesús rubito y ojos azules perteneciendo a las tribus semíticas o judías o palestinas, o a la que sea que más da, que todos somos iguales, pues como que sería mucho más morenito. Y los borreguitos pastando placidamente sobre una capa de nieve, como las cabritas de Heidi, pues lo mismo, como que sus pastores con sus pellizas tendrían un algo de irresponsables.

A Frodo le gusta verlo, con sus lucecitas, pero aun es muy pequeñín. A Arwen también le gusta verlo, y lo mira con ojos como platos, y se imagina mil historias, y cambia las figuras de sitio, acercando los Reyes a la fuente, que , alega, tendrán sed, después de tanto esfuerzo andando por las casas de todos los niños, y que, dice, le hablan al oído, y pregunta por la biografía de cada uno. Y le respondo a sus preguntas con mucha ternura, que es ternura lo que me da, y le digo también que ésta es nuestra costumbre, la de montar el belén, como la de mucha gente, y que, es igual de respetable que las costumbre o creencias de todo el mundo.

Y un servidor, con todo el cariño del mundo, mientras todos dormían, empaquetaba con cuidado cada pieza, deseándoselas para que la estiba en una gran caja de plástico, fuera la correcta, que como todos los años, la verdad, sobran piezas y se quedan fuera y muchas. Y ala! a volverlo a desempaquetar y volverlo a empaquetar. Y así las veces que haga falta, que como todos los año, y por un nuevo extra ó dos más que hemos comprado, tiene que caber, por narices.

Y el mueble se queda vacío.

Y hasta el año que viene, ahí están, guardaditos todos, hablando de sus cosas, dentro de la caja, dirimiendo sus diferencias si las han habido.

Y ahí están, en la caja, y en el mundo de los sueños, de los que hoy, no vamos sobrados.


Así hablaba Kaloni, el navegante a eso de las 8:39 a. m.   7 vuelos sobre el nido del cuco
viernes, enero 28, 2005
SEATTLE
Noah Seattl (Seattle) jefe de las tribus Suquamish y Duwamish, hizo su alegato ante la propuesta del Presidente de Washington de comprar sus tierras; 2’5 millones de acres en el noroeste de los Estados Unidos, lo que ahora es el Estado de Washington y parte de Canadá, y nos dejó estas sabias palabra, las más bellas pronunciadas en favor de la Madre Tierra y sus criaturas.

Hay una controversia histórica sobre su auténtica literalidad. Lo cierto es que el jefe Seattle existió realmente y que fue muy respetado por su gente por su sabiduría y justicia y que pronunció su discurso y quiero creer que sus palabras fueron estas o cuanto menos que su sentido era el mismo.

La tribu desapareció pero sus palabras deben ser recordadas, y resonar en nuestras conciencias, porque la Tierra no es nuestra; es un préstamos de nuestros hijos.

Esta es una versión que se atribuye al guionista americano Ted Perry,


(Al presidente de los Estados Unidos de América, Franklin Pierce. 1854)
El Gran Jefe de Washington manda decir que desea comprar nuestras tierras. El Gran Jefe también nos envía palabras de amistad y buena voluntad. Apreciamos esta gentileza porque sabemos que poca falta le hace, en cambio, nuestra amistad. Vamos a considerar su oferta, pues sabemos que, de no hacerlo, el hombre blanco podrá venir con sus armas de fuego y tomarse nuestras tierras. El Gran Jefe de Washington podrá confiar en lo que dice el Jefe Seattle con la misma certeza con que nuestros hermanos blancos podrán confiar en la vuelta de las estaciones. Mis palabras son inmutables como las estrellas.

¿Cómo podéis comprar o vender el cielo, el calor de la tierra? Esta idea nos parece extraña. No somos dueños de la frescura del aire ni del centelleo del agua. ¿Cómo podríais comprarlos a nosotros? Lo decimos oportunamente. Habéis de saber que cada partícula de esta tierra es sagrada para mi pueblo. Cada hoja resplandeciente, cada playa arenosa, cada neblina en el oscuro bosque, cada claro y cada insecto con su zumbido son sagrados en la memoria y la experiencia de mi pueblo. La savia que circula en los árboles porta las memorias del hombre de piel roja.

Los muertos del hombre blanco se olvidan de su tierra natal cuando se van a caminar por entre las estrellas. Nuestros muertos jamás olvidan esta hermosa tierra porque ella es la madre del hombre de piel roja. Somos parte de la tierra y ella es parte de nosotros. Las fragantes flores son nuestras hermanas; el venado, el caballo, el águila majestuosa son nuestros hermanos. Las escarpadas peñas, los húmedos prados, el calor del cuerpo del caballo y el hombre, todos pertenecemos a la misma familia. "Por eso, cuando el Gran Jefe de Washington manda decir que desea comprar nuestras tierras, es mucho lo que pide. El Gran Jefe manda decir que nos reservará un lugar para que podamos vivir cómodamente entre nosotros. Él será nuestro padre y nosotros seremos sus hijos. Por eso consideraremos su oferta de comprar nuestras tierras. Mas, ello no será fácil porque estas tierras son sagradas para nosotros. El agua centelleante que corre por los ríos y esteros no es meramente agua sino la sangre de nuestros antepasados. Si os vendemos estas tierras, tendréis que recordar que ellas son sagradas y deberéis enseñar a vuestros hijos que lo son y que cada reflejo fantasmal en las aguas claras de los lagos habla de acontecimientos y recuerdos de la vida de mi pueblo. El murmullo del agua es la voz del padre de mi padre.

Los ríos son nuestros hermanos, ellos calman nuestra sed. Los ríos llevan nuestras canoas y alimentan a nuestros hijos. Si os vendemos nuestras tierras, deberéis recordar y enseñar a vuestros hijos que los ríos son nuestros hermanos y hermanos de vosotros; deberéis en adelante dar a los ríos el trato bondadoso que daréis a cualquier hermano.

Sabemos que el hombre blanco no comprende nuestra manera de ser. Le da lo mismo un pedazo de tierra que el otro porque él es un extraño que llega en la noche a sacar de la tierra lo que necesita. La tierra no es su hermano sino su enemigo. Cuando la ha conquistado la abandona y sigue su camino. Deja detrás de él las sepulturas de sus padres sin que le importe. Despoja de la tierra a sus hijos sin que le importe. Olvida la sepultura de su padre y los derechos de sus hijos. Trata a su madre, la tierra, y a su hermano el cielo, como si fuesen cosas que se pueden comprar, saquear y vender, como si fuesen corderos y cuentas de vidrio. Su insaciable apetito devorará la tierra y dejará tras sí sólo un desierto.

No lo comprendo. Nuestra manera de ser es diferente a la vuestra. La vista de vuestras ciudades hace doler los ojos al hombre de piel roja. Pero quizá sea así porque el hombre de piel roja es un salvaje y no comprende las cosas. No hay ningún lugar tranquilo en las ciudades del hombre blanco, ningún lugar donde pueda escucharse como se abren las hojas de los árboles en primavera o como aletean los insectos. Pero quizá sea así porque soy un salvaje y no puedo comprender las cosas. El ruido de la ciudad parece insultar los oídos. ¿Y qué clase de vida es cuando el hombre no es capaz de escuchar el solitario grito de la garza o la discusión nocturna de las ranas alrededor de la laguna? Soy un hombre de piel roja y no lo comprendo. Los indios preferimos el suave sonido del viento que acaricia la cala del lago y el olor del mismo viento purificado por la lluvia del mediodía o perfumado por la fragancia de los pinos.

El aire es algo precioso para el hombre de piel roja porque todas las cosas comparten el mismo aliento: el animal, el árbol y el hombre. El hombre blanco parece no sentir el aire que respira. Al igual que un hombre muchos días agonizante, se ha vuelto insensible al hedor. Mas, si os vendemos nuestras tierras, debéis recordar que el aire es precioso para nosotros, que el aire comparte su espíritu con toda la vida que sustenta. Y, si os vendemos nuestras tierras, debéis dejarlas aparte y mantenerlas sagradas como un lugar al cual podrá llegar incluso el hombre blanco a saborear el viento dulcificado por las flores de la pradera.

Consideraremos vuestra oferta de comprar nuestras tierras. Si decidimos aceptarla, pondré una condición: que el hombre blanco deberá tratar a los animales de estas tierras como hermanos. Soy un salvaje y no comprendo otro modo de conducta. He visto miles de búfalos pudriéndose sobre las praderas, abandonados allí por el hombre blanco que les disparó desde un tren en marcha. Soy un salvaje y no comprendo como el humeante caballo de vapor puede ser más importante que el búfalo al que sólo matamos para poder vivir. ¿Qué es el hombre sin los animales? Si todos los animales hubiesen desaparecido, el hombre moriría de una gran soledad de espíritu. Porque todo lo que ocurre a los animales pronto habrá de ocurrir también al hombre. Todas las cosas están relacionadas ente sí.

Vosotros debéis enseñar a vuestros hijos que el suelo bajo sus pies es la ceniza de sus abuelos. Para que respeten la tierra, debéis decir a vuestros hijos que la tierra está plena de vida de nuestros antepasados. Debéis enseñar a vuestros hijos lo que nosotros hemos enseñados a los nuestros: que la tierra es nuestra madre. Todo lo que afecta a la tierra afecta a los hijos de la tierra. Cuando los hombres escupen el suelo se escupen a sí mismos.

Esto es lo que sabemos: la tierra no pertenece al hombre, sino que el hombre pertenece a la tierra. El hombre no ha tejido la red de la vida: es sólo una hebra de ella. Todo lo que haga a la red se lo hará a sí mismo. Lo que ocurre a la tierra ocurrirá a los hijos de la tierra. Lo sabemos. Todas las cosas están relacionadas como la sangre que une a una familia.

El hombre no tejió la trama de la vida ; él es sólo un hilo. Lo que hace con la trama se lo hace a sí mismo. Ni siquiera el hombre blanco, cuyo Dios pasea y habla con él de amigo a amigo, queda exento de destino común. Después de todo, quizás seamos hermanos. Ya veremos. Sabemos una cosa que quizás el hombre blanco descubra un día: nuestro Dios es el mismo Dios. Ustedes pueden pensar ahora que Él les pertenece lo mismo que desean que nuestras tierras les pertenezcan; pero no es así. Él es el Dios de los hombres y su compasión se comparte por igual entre el piel roja y el hombre blanco. Esta tierra tiene un valor inestimable para Él y si se daña se provocaría la ira del Creador. También los blancos se extinguirán, quizás antes que las demás tribus.

Si contamináis vuestra cama, moriréis alguna noche sofocados por vuestros propios desperdicios. Pero aún en vuestra hora final os sentiréis iluminados por la idea de que Dios os trajo a estas tierras y os dio el dominio sobre ellas y sobre el hombre de piel roja con algún propósito especial. Tal destino es un misterio para nosotros porque no comprendemos lo que será cuando los búfalos hayan sido exterminados, cuando los caballos salvajes hayan sido domados, cuando los recónditos rincones de los bosques exhalen el olor a muchos hombres y cuando la vista hacia las verdes colinas esté cerrada por un enjambre de alambres parlantes. ¿Dónde está el espeso bosque? Desapareció. ¿Dónde está el águila? Desapareció. Así termina la vida y comienza la supervivencia....

Así hablaba Kaloni, el navegante a eso de las 8:28 a. m.   4 vuelos sobre el nido del cuco
jueves, enero 27, 2005
Lo olvidado y Loquillo
Cada cual tiene su debilidad.

La mía, en música, es Loquillo. Tengo eclécticos gustos musicales, creo, y tengo algunos cantantes, músicos, y/o grupos preferidos. Pero lo de Loquillo es cosa aparte ( como, de otra manera, también lo puede ser Rosendo).

Se ha pasado uno la vida recorriendo media geografía española, para ver un concierto del Loco en las épocas de vacas flacas en que no se prodigaban (algunos de ellos deplorables, no nos vamos a engañar), llegamos a ir a un concierto, Aragorn y yo, con el coche, sin carné de conducir, pero no tengo el placer de conocerlo en persona, ni tampoco lo he intentado, la verdad. Por timidez. Que se le va a hacer, uno es como es.

Coincidiremos en que tiene pinta de perdonavidas y de chulo y de vivales, y que es un bocas, y que está metido en política cuando puñetera falta que hace, que lee la Constitución Europea en televisión para convencernos, imagino, de que no la leamos nosotros, que es un bronca, y un mafioso y…

Pero es que es único.

Irrepetible.

Y su obra es lo que importa.

¿Quién sino se puede haber mantenido 25 años en el mundo del rock’n’roll, y sin venderse? Y reunir siempre un grupo de buenos músicos. Él (y Rosendo, claro).

Entre sus méritos: echar un cable a Bunbury, y ahí lo tenemos, para regocijo de nuestros oidos, rescatar y apoyar a Jaime Urrutia, promocionar a Gabriel Sopeña , a Pepe Risi ( en su día), Stinus, Nelo, etc etc.

Y sus canciones, bueno, lo sublime. Un montón de canciones buenas, muy buenas, y un saludo a Sabino Méndez, el compositor de la mayor parte de ellas ( de las más buenas), que nos trasportan a otras épocas, sin contemplaciones, hayan sido buenos o malos tiempos, pero allí nos llevan, porque allí estaban sonando, siempre, acompañándome. Y toda una vida, pues eso, comprando religiosamente todos los discos.

Y como en todas las facetas de la vida, hay siempre unos olvidados. Y de entre toda la discografía del Loco, mi canción favorita, es una que creo recordar que jamás fue single ni fue cantada en el repertorio de ningún concierto, y ahí está, escondida en un rinconcito de un disco. Y tiene dos discos de poesía musicada, y una banda sonora, y un disco de jazz, y muchos disco de buen rock. Y hay grandísimas canciones ya clásicas: Rock suave, Cadillac Solitario, La edad de Oro, Autopista, John Milner, Por amor, El hombre de negro, Rock’n’Roll Star…. etceterísima. Pero ésta, la que yo prefiero, es especial, no sé, algo hay en ella. Habla de encuentros y desengaños, de noches de pasión y locura, de ilusión y amargura, como en la vida de todos ha habido. Es un poco rápida, no demasiado elaborada, una música normal, pero al final, después de una estrofa recitada, los músicos se pierden durante unos segundos, se aceleran y tocan como poseídos. Pero en su conjunto alcanza el Olimpo. Me hechiza.

Y atención a lo que dice del honor.

Y es una canción olvidada, como han habido olvidados en la vida, como lo fue Cervantes, hasta, que, después de muerto, se empezaron a reeditar a gran escala sus obras en el extranjero, y claro, entonces aquí también. Solo pidió en vida permiso para llegarse a las Américas, por mutilado de Lepanto, y ni eso le concedieron. Como Van Gogh, que sólo vendió un cuadro en vida. Como tantos, cuyas obras fueron reconocidas siglos después. Como tantos, que ni siquiera la historia ha hecho justicia.

He aquí la joya, y se llama EL MOLINO:


Te conocí en la salida en la puerta de aquel cabaret
una alegre noche de fiesta y de beber
buscamos por todos los bares del centro de la ciudad
la mentira de un mundo que sueñas y nunca se da.
-
Tuvimos mucho dinero, fué tiempo de hacerse el matón
sin advertir que esta vida ataca a traición
se descubrió la impostura y resultó que al final
ni yo era tan arrogante ni tu tan fatal.
-
Y el mundo soñado era una ilusión
y el mejor amigo un bribón
pues todo se vende al mejor postor
y lo más barato: el honor.
-
Sufrimos después la certeza
entre tanto feliz timador
de que tú, ni yo, ni nadie era mejor
si todos somos ladrones, el delito solo puede ser
que te pillen con la mano en el pastel.
-
Con la gran resaca de la decepción
cada uno a la luz de un farol
el rimel ajado del trasnochador
dejó de tener gracia, amor.
-
Y así el champán selló un adiós
cada uno a su luz de farol
sé que fue lo mejor para los dos,
tu y yo.

Así hablaba Kaloni, el navegante a eso de las 9:10 a. m.   7 vuelos sobre el nido del cuco
martes, enero 25, 2005
Gente del campo II
Soldado, tuya es la hacienda,
la casa,
el caballo
y la pistola.
Mía es la voz antigua de la tierra.
Tú te quedas con todo y me dejas desnudo y errante por el mundo....
Mas yo te dejo mudo...¡mudo!
y ¿cómo vas a recoger el trigo
y a alimentar el fuego
si yo me llevo la canción?

León Felipe
(Ganarás la luz)

Así hablaba Kaloni, el navegante a eso de las 9:08 a. m.   5 vuelos sobre el nido del cuco
lunes, enero 24, 2005
Mis labores y mis horarios
El pasado sábado, 22 de enero de 2.005 A.D, fui al campo, a trabajarlo, como hago a veces.

Me levanté sobre las 7:30 horas y me fui a buscar al viejo, que junto a su amigo del alma, ya hacía casi dos horas que estaban allí, además había que marcharse pronto, porque a las doce se tenía que ir con otro amigo que le ha dado la vida y gente de posibles, a cazar, uno de esos pocos placeres que le quedan. Y digo placer porqué es mío también, porque el viejo no es de esos cazadores infames que tiran a todo lo que se mueve; él se limita a cobrar una o dos piezas a lo sumo y ya está, y muchas veces, las más, ni siquiera eso. Es perfectamente capaz de pasarse un fin de semana cazando y no traer nada a casa, porque le ha dado pena, pero se siente sumamente feliz de haber estado paseando por el monte, lentamente, arriba y abajo, en un ambiente de camaradería con sus compañeros, y compartiendo el tabaco con ellos, o los toscanos, esa especie de puros retorcidos que saben a rayos, que compran de estraperlo en alguna gasolinera y que mantienen en los labios durante todo el día, encendiéndolos miles de veces, porque en su extraña composición incluyen unos troncos enormes de a saber que planta, y que no consiguen consumirse por la llama del mechero, y hablando de política, de barcos o de lo que sea.

Así, que apretamos el ritmo un poquillo, y empezamos la labor, que era sacar leña. Esta faena, consiste básicamente, en recoger las ramas que han quedado por el suelo después de la poda, amontonarlas en haces y atados con una cuerda, arrastrarlos hacia fuera del campo, y quemarlos en una hoguera ( la poda es una labor en desuso, ya que la tiene que realizar gente especializada, y los jornales a pagar ya no los puede absorber la productividad de la tierra, así que los árboles, se secan de tanta frondosidad y no rinden porque el sol no entra en su interior, y la savia ha de racionarse entre mucha rama inerte, así que los campos dan pena de ver, y el viejo, junto con otro viejo podador, poco a poco van podando como buenamente saben). Y entre los daños colaterales que provoca este trabajo, el de recoger la leña, está el de hincarse unos pinchos que se incluyen en una horquilla de longitudes de entre 1 milímetro a los 5 ó 6 centímetros ( éstos últimos, dan miedo de ver, y eso que casi nunca se ven; van camuflados), que salen en las ramas de aquellos árboles, que fueron injertados sobre un pié no tolerante, y que, a pesar de llevar guantes, se te introducen en la piel y la carne y te espabilan, y te hace proferir una larga blasfemia, elaborada y retorcida como el toscano, que engloba, entre otros elementos de análisis, tooooooda la corte celestial, y los muertos más frescos del árbol en cuestión.

Y, ala! de prisita. Y es que uno es una bestia trabajando, así, sin modestias. Se pasa el que suscribe, toda la semana diciendo “ por consiguiente” “ flujos de caja negativos” “no obstante” “implementación de estrategias”etc. y bregando con gente engominada, algunos de ellos snobs hasta los higadillos, y otros gente engominada y fantástica, que de todo hay. Y llega el sábado, y uno se pone el traje de luces, o mono de trabajo, y se convierte en un monstruo, y empieza a sacar haces al trote, sin pararse, que lo que más me gusta es acabar pronto, el trabajo bien hecho y largarme a casa, sin dejar ramitas pequeñas, ni rastrojos, como me enseñó el viejo.

En el actual trabajo, más de lo mismo, me doy prisa y sin distracciones, y repaso lo hecho, no hay mucho mérito, eso lo hace cualquiera. Ahora bien, lo que más ayuda, es que mi trabajo depende casi totalmente de mí mismo, y es un trabajo fiel; si se amontona, me espera, a mí, sin abandonarme, como el buen desodorante.
En su día, cuando me buscaron y abandoné el antiguo trabajo, incluí una cláusula verbal ( xd, ojo con lo verbal), en virtud de la cual me podría ir a casa cuando acabase el trabajo, y éste estuviese bien hecho, fuesen las 10 de la mañana o las 15:00 que es la hora oficial de salida, ( pero pocas veces me fui antes de la hora, por vergüenza). Pero ahora, con la nueva dirección y un renovado Consejo de Administración, pues eso, a salir a la hora, sin las “muy pocas veces” esas que nombraba ( también es verdad que tengo ciertos privilegios y flexibilidades, pero ya no es lo mismo; hay que pedir permiso).
Por no ponerlo por escrito.
Por fiarse uno.
Por tontolculo.

Así hablaba Kaloni, el navegante a eso de las 9:13 a. m.   6 vuelos sobre el nido del cuco
jueves, enero 20, 2005
Gentes del campo
Jo vinc d’un silenci antic i molt llarg
de gent sense místics ni Grans Capitans,
que viuen i moren en l’anonimat
que en frases solèmnes, no han cregut mai.
RAIMON

Uno es Licenciado Universitario y doctorando eterno, lo cual me convierte en un ciudadano con exactamente los mismos derechos y obligaciones, inteligencia, dignidad y honradez que cualquiera otra persona que sea conductor de autobús, camarero, médico, policía local, agricultor, albañil, operario de fábrica, probador de colchones…

Pero mis raíces se hunden profundamente en el terruño. Hemos sido agricultores hasta donde se recuerda con los paréntesis tristemente habituales de la levas forzadas (léase Guerra Civil, Cuba, El Riff, etc. hasta se tiene constancia de una mención honorífica en El Callao), pero agricultores de pequeñas extensiones, de robarle la dureza a la piedra viva, de azada y arado, sudor y lágrimas por las malas cosechas, y alegría y esperanzas, cuando la tierra a sido generosa. Pero, claro, eso era antes cuando estos oficios no estaban tan denostados, y una familia podía vivir con bastante dignidad de la tierra; de su frutos o trabajando a jornal para ella. Pero llegaron los malos tiempos, bueno tampoco es que siempre hayan sido buenos. Por ejemplo, después de la Guerra Civil, el agricultor tuvo que ceder, a precio cero, gran parte de sus cosechas porque España tenía hambre, el Cupo se llamaba. O sea, el fruto ya recolectado y elaborado, salido de la entraña de la Madre Tierra y de las costillas del que la cultivaba, y así lo hicieron, pero claro, de eso ya nadie se acuerda. Hoy, en que todo el mundo es homenajeado y pensionado por haber combatido en tal o cual bando, nadie se acuerda de la gente de la que escribo. Bueno, acordarse, si, pero para acabar de expropiar ( o robar, porque en las expropiaciones hay por lo menos un precio) los espacios comunes o locales que construyeron, a tantos jornales de carro por barba, y otros tantos de trabajo físico, entre todos los campesinos para sus necesidades administrativas o de comercio (léase locales, edificios enteros de varias plantas, para coordinar el riego y sus infraestructuras, la construcción y reparación de caminos, etc. y MERCADOS enteros, terrenos incluidos, pagados entre todos, donde acudían a vender sus productos). Por el bien común, dicen los Ayuntamientos, y eso, un servidor se lo pasa por el forro, porque entiende que el bien común se paga, y si es difícil delimitar el propietario, porque en teoría son centenares, miles, se deja donde está, porque no entorpecen el desarrollo ni el crecimiento de las ciudades, pero claro, es una bonita transacción vender unos locales o derribar un mercado y vender el terreno para hacer fincas o aparcamientos, cuando hay todavía miles de kilómetros cuadrados donde se podría hacer lo mismo. ¿O es que a alguien le gustaría que le robasen su casa, su coche o cualquier parte de su patrimonio, a precio cero, por el “bien común”?

Pero como digo, llegaron los malos tiempos. Las cosechas, las que conozco por lo menos, se cobran al mismo precio que hace veinte años, pero el gasoil, el abono, los plaguicidas etc. no han cesado de encarecerse. Al pequeño propietario, se le consideró una persona rica, y se le obligó a pagar por ello.

Y hoy , te das un paseo por campos, y todo es tristeza; los muretes caídos no hay quien los reconstruya, loa árboles sin podar de hace años, secos ya de no hacerlo, las malas hierbas se enseñorean de las parcelas y no hay quien las arranque, y la tierra es dura como cemento, de no removerla, y los pájaros que esperaban ansiosos esta labor anual y comer en esta tierra, fresca y fértil, volaron a otros lugares y el sudor, y la sangre de los que nos precedieron, ya no late, de pura pena, y lo que fueron pequeños edenes, limpios, aseados, los surcos rectos, hechos a tiralíneas, bien cuidados con toda una sabiduría de siglos aplicada a cada árbol, a cada mata de hortaliza, es hoy un campo de sueños rotos. Me estremece pensar, que es lo que íbamos a comer (Dios no lo quiera jamás), si hubiese necesidad y del exterior, no llegase nada, una vez se haya apagado la voz antigua de la tierra (que decía León Felipe).

Y claro, empezaron a denegar, entre otras cosas, los préstamos para replantar los árboles viejos y las becas de estudio, por escasez de rentas decían unos y por exceso de patrimonio decían otros, allá donde fueras a reclamar.
-¿Patrimonio? Pero si la tierra apenas da ya para mal vivir-.
–Vended las tierras- nos llegaron a sugerir.
–Y cuando se acabe lo ganado, ¿de que vamos a comer? Respondió mi padre, que dejó el colegio siendo muy niño, y por ello arrastra un ligero ceceo, pero que acude a hablar con quien sea, de tú a tú, mirando a los ojos, a la antigua usanza, importando poco que sea un notario o un alcalde. – ¿Y por qué no vende Usted su inteligencia?-Continuó mi padre- Bueno mejor no, no sea que lo encierren por estafa- concluyó el viejo, asqueado ya de tanta injusticia y tanto desprecio.
Quizás, si se hubieran gastado en vino lo que les dejaron sus padres, ahora sería más fácil.

Y el pobre hombre, con su entrañable blusa de esas que hoy conforma la indumentaria y el folclore de las Fallas y su mujer, mi madre, con su delantal de trabajo donde, plegado, recoge las vainas de las habas, con las manos endurecidas por los callos ganados en todas las batallas libradas día a día con la hoz, el arado y la azada y con la meteorología, y con el frío y el rocío de los duros inviernos, que se meten en los huesos y la lengua y la boca seca de tragar polvo en los terribles veranos y la piel curtida a la intemperie de tantas jornadas de sol a sol, y con la espalda quebrada y los hombros caídos de tanto y tanto esfuerzo, renunciaron. Pero no se desmoronaron.

Y los viejos, no quisieron ya que fuéramos agricultores y se empeñaron en ello. –Que para sufrir, ya lo hemos hecho nosotros- decían.

Y así como tantas y tantas familias, pelearon como bestias para arrancarle al terruño su fruto, y nosotros ayudamos en lo que pudimos, que uno ha sido entre otras cosas, repartidos de publicidad , mozo de almacén, capaceador, camarero, y profesor particular.

Y cuando alguna vez, y debido a que en mi trabajo he de conocer gente, alguien engominado, con su flamante traje impoluto, su pasacorbatas de platino y su reluciente rolex, pretende hacer una gracia hablando de pueblerinos, catetos y cosas así, no me puedo callar, ni nadie puede hacer que lo haga, y contesto lo mismo:
-Mira, mis padres son agricultores, como lo fueron mis abuelos, y sus padres, y entre mi hermana y yo sumamos tres carreras universitarias y un doctorado y casi otro, y eso si que es mérito, el mérito de ellos, que trabajaron y mantuvieron, para que a nosotros no nos engañe nadie, y no nos falte de nada.-
Y estas personas, allí, al oír lo anterior, quedan clavadas, a una altura, no superior a la anchura de la suela de los zapatos, y en esos momentos, esa es mi intención. Aunque después me sepa mal.

Y cuando alguna vez, como ahora, pienso, que debido a la ley natural los viejos han de irse antes que yo, se me escapa una lágrima, y me entra una basurilla en el corazón, por, quizás, no poder hacer por ellos, más de lo que ellos han hecho por nosotros.

Y el viejo, después de 40 años de cotizar, aun ha de levantarse a las 6 de la mañana, para acudir al terruño, porque la miserable pensión que le ha quedado, le impide contratar a nadie, y hace lo que puede, y dice que si vende la tierra, al precio al que han conseguido devaluarla, no iba a arreglar nada, y que tendría que venderla a los mismos de siempre, y que para eso, que se lleve la tierra el puto demonio y que le gusta sentarse en una pared y fumarse un cigarro cuando está cansado porque así lo hacía también su padre y que como él, tiene un salero hecho de caña hueca escondido en los cipreses, para cuando le apetece comerse un jugoso tomate recién recolectado de esos gordos, prietos y sabrosos como ya no los hay y que le encanta mojarse los pies en el agua de riego. Y me dice, a veces, que si se hace tarde y he de ir a buscarlo y lo encuentro muerto, que le cierre los ojos si se le han quedado abiertos y le cierre la boca, que no queda bien, porque él en esta vida, ya había encontrado muertos a dos vecinos en el campo, ancianos que como él y con su misma pensión, acudían todos los días a su trabajo en la huerta y que antes de cargarlos en el coche y llevarlos a su casa, les había cerrado los ojos, porque no le parecía decente la horrible mueca de la muerte. Y así se va todos los días, y mira el cielo aun oscuro para ver si ya es luna nueva que es un buen momento para cortar las cañas como así marca la sabiduría ancestral que poseen y que se irá con ellos. Y se va con su amigo de toda la vida y hacen lo que pueden, que ya es bien poco, y trae de tanto en tanto unas pocas naranjas que saben a gloria como no saben las que se compran en los mercados. Y mi madre se levanta con él, y le prepara el desayuno, y le pone cuidadosamente, con elegancia, su vieja y ajada gorra azul de marinero, y le acaricia el dorso de la mano y con una hermosa sonrisa que quiere esconder una cierta preocupación le dice dulcemente todos los días:
-Hoy no vengas tarde, cariño, por favor.-

Así hablaba Kaloni, el navegante a eso de las 4:06 p. m.   4 vuelos sobre el nido del cuco
miércoles, enero 19, 2005
DECALOGO DE LA SERENIDAD
Escuchando: LA RADIO

Dejo aquí, lo que es para mi una joya. En honor a la verdad hace ya días que no lo leo, por pereza, en cuanto que antes era lo primero que leía nada más llegar al despacho. Y eso que está colgado a unos ...veamos...54 centimetros de mis narices en un pilar que tengo al lado de la mesa ( vaya si entra alguien y me ve midiendo con la regla de aluminio la distancia entre mi nariz y la columna).
Lo dicho, para mi es una joya, puedo seguirlo o no, pero ya me parece suficiente que alguien de la especie humana lo escribiera.

DECALOGO de la SERENIDAD de JUAN XXIII

(Puedo hacer bien durante doce horas, lo que me descorazonaría si pensase tener que hacerlo durante toda mi vida)

1. Sólo por hoy trataré de vivir exclusivamente el día, sin querer resolver el problema de mi vida todo de una vez.
2. Sólo por hoy tendré el máximo cuidado de mi aspecto: cortes en mis maneras, no criticaré a nadie y no pretenderé mejorar o disciplinar a nadie, sino a mí mismo.
3. Sólo por hoy seré feliz en la certeza de que he sido creado para la felicidad, no sólo en el otro mundo, sino en éste también.
4. Sólo por hoy me adaptaré a las circunstancias, sin pretender que las circunstancias se adapten todas a mis deseos.
5. Sólo por hoy dedicaré diez minutos de mi tiempo a una buena lectura; recordando que, como el alimento es necesario para la vida del cuerpo, así la buena lectura es necesaria para la vida del alma.
6. Sólo por hoy haré una buena acción y no lo diré a nadie.
7. Sólo por hoy haré por lo menos una cosa que no deseo hacer; y si me sintiera ofendido en mis sentimientos procuraré que nadie se entere.
8. Sólo por hoy me haré un programa detallado. Quizá no lo cumpliré cabalmente, pero lo redactaré. Y me guardaré de dos calamidades: la prisa y la indecisión.
9. Sólo por hoy creeré firmemente -aunque las circunstancias demuestren lo contrario- que la buena providencia de Dios se ocupa de mí como si nadie existiera en el mundo.
10. Sólo por hoy no tendré temores. De manera particular no tendré miedo de gozar de lo que es bello y de creer en la bondad.

Juan XXIII



Así hablaba Kaloni, el navegante a eso de las 8:05 a. m.   11 vuelos sobre el nido del cuco
martes, enero 18, 2005
Magica Noche
Escuchando: SIN TECHO - Los Suaves

Esta pasada noche, realizaba mentalmente un revival para dilucidar cuál fue la vez en que más me reí, y he llegado a la conclusión después de arduo debate conmigo mismo ( porqué yo me río un montón aunque las más de las veces sin carcajadas, y reírme de mí de lo que más), que fue aquel día, superviviente de lo perdido en la bruma del tiempo, en que salimos a cenar y al acabar recorrimos toda una calle, de, digamos unos ciento cincuenta metros de largo, prácticamente reptando por el suelo. El catalizador de la situación, imagino, que sería la birra (que sea Voll-Damm, por favor) y el detonante, un chiste. Un insulso, corto y simple chiste, que hizo de aquella noche, una noche especial, que aun recordamos y que por eso solo, ya valió la pena y pintó de color una día oscuro, desapacible y frío. O quizás fue la predisposición que teníamos a cualquier manifestación de la alegría; la chispa, el feeling, ya que por aquel entonces éramos un grupo bien coesionado, sin fisuras.
Estábamos Aragorn, Ximo, Lain, Fontvella y un par de golfos más que ahora no consigo dibujar y el culpable, lo reproduzco a continuación en honor de todos los que leéis este blog, y, hacedme caso, reíros, vale la pena reírse; tiene más beneficios que el llanto.
Antecedente: hace un tiempo ( y creo que ahora también) había una marca de cigarrillos que se llamaba Bisontes, y como cualquier cajetilla de tabaco, se vendía también por unidades. Dicho esto, relato el chiste que ,creo recordar, fué uno de los que conté yo:

Un chico asoma la cabecita a la puerta de un estanco y pregunta al estanquero:
-Oiga, tiene Bisontes sueltos-
-Si-
-Pues átelos que voy a entrar-

Y vino la apoteosis, el desenfreno, reírnos hasta aburrir, apoyados en las paredes, a cuatro patas por el suelo, fue lo único que hicimos mientras transitábamos por esa calle.
Ya sé que más de uno no le verá la gracia por ningún lado. Yo, a veces, me imagino que según el estado de ánimo en que me encuentre, tampoco veo la correlación lineal entre la posible gracia del chiste y la magnitud del espectáculo, porque todo aquello no se le puede imputar al alcohol, quizás a la mágia, al encanto del momento...
Pero eso es lo que pasó.
Y así os lo he contado.
Así hablaba Kaloni, el navegante a eso de las 7:19 a. m.   6 vuelos sobre el nido del cuco
lunes, enero 17, 2005
Reencuentros
El pasado viernes 14/01/2004, tenía una cena de esas, de antiguos. Y lo de siempre, gente que ves todos los días, gente que tenías montones de ganas de ver, y gente, que casi, te daría igual, no haber visto. De entre este último grupo de gente, siempre acaba ( o acaban) por acercarse a ti con una media sonrisa preguntándote qué cómo te va la vida, (con la esperanza de que te vaya muy mal, claro, y que se hayan cumplido los peores sueños de uno). Y es que l@s ves venir. Así, y con todo, tambien es verdad que se arrima alguien con el que tuviste tus más y tus menos, o no tuviste nada, (aclaremos, o a lo peor fuimos victima de algún intrigante o liante, que de malentendidos está el mundo lleno), sin esa media sonrisa, ni esa mirada escurridiza, y ves!, te alegra que las cosas hayan cambiado o se hayan arreglado y da gusto charlar un rato y retomar lo que nunca fue. Pero refirámonos a los de la media sonrisa, falsa como las monedas de a tres euros.
-Bien, me va bien, francamente, no me esperaba que fuese tan bien- Suelto normalmente, así con mucha entonación, con la intención de irritar al contrario, del que por lo general, me suele importar un cojón de pato, el cómo le haya ido la vida ( eso si, jamás de los nunca jamases, le deseo el mal para nadie). Y para zanjar la conversación, suelo preguntar ( o afirmar):
-¿Y a ti cómo te va?; Te veo igual que siempre- Y el/la interlocutor/a, si en su vida ha sido una mala persona o una lianta, o un intrigante, o un envidioso o un vago que se ha aprovechado de l@s demás, y ha sembrado vientos, imagino que le tocará los bemoles que alguien les recuerde que parecen igual que siempre. Hay poca gente así en mi vida, pero, créanme, hayla.
Y es que uno es demasiado bueno, ya lo decía ( y lo dice) mi madre y alguna otra persona por ahí, y va el ignorante de mi por la vida, con el corazón en la mano a todas partes, y cree firmemente que los diez mandamientos se pueden resumir en dos principios generales ( ya se sabe, las fuentes del derecho; la Ley, la Costumbre y los principios Generales del Derecho) que son:

1.-Vive y deja vivir
2.-A cada cual lo que es suyo.

Y así, claro está servido el que uno, sin pretenderlo, se busque en la vida rencillas de las que no suele enterarse ( recuerden lo de la sonrisa falsa y todo eso), hasta que, los años, van matando la magia que todos llevamos dentro, y se aprende a distinguir según que actitudes de según que personajes ( osease: ver el plumero).

Y aunque sea bueno ( dicen) no soy un santo, y tengo mucho de lo que arrepentirse, no como los bravos que en el mundo han sido, que proclaman que no se arrepienten de nada y todas esas cosas ( si bien es cierto que un servidor también se alinea, en parte, y en aquello que implique no fastidiar a nadie, con lo que decía Lord Byron, que sólo se arrepentía de los pecados que no había cometido, ). Como estaba diciendo, uno, tiene de lo que arrepentirse, unas veces por acción y otras por omisión. Y aunque trate de justificar algunas de mis actuaciones y achacarlas a la juventud, a la improvisación, etc, otras, no tienen más justificación, y uno trata de remediar como puede estos errores; por el prosaico método de pedir directamente disculpas, a las bravas, y otras indirectamente, tratando de beneficiar en lo que se pueda al o a la perjudicad@, sin que se apercaten. E intentar así, desterrar esas pequeñas punzadas que, en ocasiones, entorpecen el sueño de los justos.

Así que si el que suscribe, intenta tomar esta actitud en la vida, y pide y concede disculpas, coincidiremos en que es, a todas luces, complicado, alegrase de ver a alguien que esbozando una media sonrisa, enseñando el colmillo, sigue erre que erre con lo mismo, con lo que nos separó, ó no nos unió.
Así hablaba Kaloni, el navegante a eso de las 9:08 a. m.   4 vuelos sobre el nido del cuco
viernes, enero 14, 2005
Miedos? No!
Aquellos veranos en Teruel, ( desde aquí un profundo saludo a esa magnífica tierra y a sus gentes) cuya serranía nos vio muchas veces hollar sus recovecos, estará para siempre en el rincón de nuestros más preciosos recuerdos. Éramos un poco más jóvenes, con la gallardía que da la juventud, el cuerpo inundado de hormonas juveniles y esa fuerza que anula todo cansancio y todo desaliento, y, como digo, inmunes a todo deseo de retroceder. Mi inquebrantable amistad con Aragorn, estaba en su cenit, carne y uña, por aquel entonces, mucho antes de que esta puñetera vida, que tanto nos da y tanto nos quita, empezara a escribir, con renglones torcidos, el desarrollo de una amistad gestada poco después de nacer los dos.
Pues por allí andábamos, causando admiración, como siempre, con nuestras relucientes brújulas, compases, mapas topográficos perfectamente doblados (y ojo, esto es mérito), curvímetros, cálculos de desviaciones de rumbos y hablando de azimut, norte lambert, declinaciones etc, pero que en la práctica, como siempre, nos íbamos a perder, y ya se sabe en estos casos: Alehop! Montaña arriba, en línea recta, con dos pares. (La de veces que hemos subido los Montes Universales, y bajado por la otra vertiente!!!)
-Tarufo, ¿Se ve alguna carretera por ahí? (alguna vez empezamos a llamarle Tarufo en vez de Tartufo, y así se quedó)
-Pues no-
-Pero en el mapa se dibuja una por debajo de esas dos cumbres-
-Faltaría saber que dos cumbres son estas_
-Pues ala!, a subir la otra montaña
Eso sí, durante 24 horas íbamos siempre perdidos, pero siempre llegábamos a los puntos de control, más tarde o más pronto, al lugar de comer y al lugar de vivaquear, por si acaso pasaba algo, supieran encontrarnos.

La cosa está, en que llegamos al punto de pernoctar echando los pulmones por la boca, ya apuntada la noche, noche estrellada como sólo nos saben mostrar los cielos abiertos de Teruel. Y al lado de la fuente que habíamos elegido sobre el mapa para pasar la noche, existía un CEMENTERIO de un cercano pueblo, que no aparecía en el mapa. Pero nosotros no creíamos en absoluto en espíritus ni fantasmas, ni en la Santa Compaña, ni en las almas en pena, ni en aparecidos, ni en susurros a media noche. No nos hacían mella las historias de Montes de las Almas, ni molinos encantados. Ni creíamos ni temíamos.

Y empezó en debate, ya que, como digo, a pesar de que había un responsable, las decisiones se tomaban por estricta votación, (o por reducción a lo absurdo en una tormenta de ideas, que también ocurría a veces)

-Tú que opinas, Kaloni?- Yo que sé, que dice Lain? .(Lain siempre la pagaba, excelente chaval, buena gente, pero por aquel entonces siempre pagaba él el pato.)
-Él no dice nada, ( y aunque dijera algo lamentablemente, no hubiera sido tenido en cuenta), pero no parece cansado- Ah! Pues, casi si paramos es por él.
-Pues si queréis seguimos, así mañana estamos más cerca del destino-decía Ximo
-Y además no estamos aun muy cansados- replicaba Aragorn.
-Y tu que opinas Tarufo? ¿¿¿¡¡¡Tarufo!!!???, ¿¿¿¡¡¡Tarufoooo!!!???, ¿¿¿¡¡¡Dónde estás!!!??? (Tarufo estaba, digo yo, opinando, detrás de una zarza allá a lo lejos)
Y así estuvimos dialogando, por este estilo un rato más.

Así que rellenamos las cantimploras y montamos el vivac 5 kilómetros más adelante, porque nosotros, jóvenes bizarros sin miedo a nada, que íbamos a ser los que se comieran el mundo de una vez, fuertes, decididos, caballerosos, mirando siempre adelante, estimamos que cinco kilómetros era una distancia adecuada y prudencial entre aquello en lo que no creíamos y nosotros.
Así hablaba Kaloni, el navegante a eso de las 8:40 a. m.   3 vuelos sobre el nido del cuco
jueves, enero 13, 2005
Momentos
En la vida, en cada vida, hay momentos estelares, emocionantes, únicos , mágicos… Y a veces en la literatura o en el cine, o en otras manifestaciones reales o ficticias, otros, consiguen crear para nosotros esos momentos. A cada cual los suyos, claro. Lo que a uno le puede parecer magnífico, a otro es simplemente bueno. O malo.
Puede que la obra global, no tenga una trascendencia vital, o quizás si, a lo que me refiero es a esos instantes o fragmentos que rayan lo sublime.
Estirando el cordón de la memoria ( corta la mía, creedme, más bien cortísima) he hallado unos momentos únicos, de intensa emoción.
Recuerdo el traveling final de la cámara abarcando desde el cielo la incipiente ciudad, cuyas luces encendían todas las noches para que aquel que había llevado a sus ahora habitantes a lugar seguro, pudiera regresar, mientras contaban a las nuevas generaciones la historia para que nunca olvidaran, en Mad Max, más allá de la Cúpula del Trueno.
En El Libro de la Selva de R.Kipling, Akela, el jefe de la Manada, era un lobo ya viejo, al que empezaban a escapársele algunas presas, y empezaba entonces la lucha con los machos jóvenes, que pretendían su puesto. Si la manada aceptada a Mowgli, el cachorro humano en su seno, Akela, renunciaría a su derecho de exigir que se abalanzaran sobre él, de uno en uno, todos los machos jóvenes, cuando llegara la hora, como así marcaba la Ley de la Selva. Y ya se sabe que un lobo viejo, fogueado en mil batallas, aun conserva lo del que tuvo y retuvo, y sus afilados colmillos y garras iban a llevarse por delante a más de uno en la fatídica jornada si efectivamente ejercía su derecho. ¡Que ser más magnífico, debía ser Akela!
Y que decir de Blade Runner? cuando el replicante Nexus6, Roy, empapado de una mortecina lluvia, entona su monólogo de muerte…todos esos momentos ( lo que había vivido, visto, olido, todo por lo que había luchado) se perderán, como lágrimas en la lluvia.
En El último Mohicano, me estremeció también, la otra concepción de la vida opuesta a la civilización occidental, cuando, detrás de la cascada, y ante la presencia del enemigo con Magua al frente, y con la pólvora mojada, Hawkeye le pidió a Cora, a quien más quería, (y contrariamente a lo que nosotros, por nuestra cultura, haríamos, ya que preferiríamos morir o ver muertos a nuestros seres queridos) que se sometiera a todo, a todas las vejaciones, y entonces saltó por la cascada dejando solas a sus protegidas. Pero no fue una huida, fue la única oportunidad que tenían para sobrevivir, ya que Hawkeye, Uncas y Chingachgook, volverían, con pólvora seca y con ataques de guerrilla, para rescatar a quienes habían dejado en manos del enemigo, y así de esa manera no murieron todos.
La descripción que hizo Pérez-Reverte de la retirada del tercio Viejo de Cartagena, en la luctuosa jornada de Niewport, en los Paises Bajos. Mientras el resto de la tropa huía a la desbandada, el Tercio Viejo, en perfecta formación en cuadro, filas sólidas como muros, picas en posición, y retrocediendo palmo a palmo, centímetro a centímetro, mirada al frente, en un silencio sepulcral, solo roto por un lento redoble de tambor y algún disparo de artillería enemiga, que empezaba a quedarse lejos, que habría una pequeña brecha que pronto era taponada mientras arrastraban a sus heridos al centro y con el único apoyo de sus propios redaños. Y así, mientras se retiraban, y cubrían la desbandada del resto, aquellos hombres, fieros, sin miedo ya, dispuestos a vender carísimo su pellejo de soldado español, apoyados unos contra otros, dieron tal escalofriante y sereno espectáculo, tal demostración de valor, que ninguna unidad enemiga se atrevió a perseguirlos y hostigarlos. Y ese día, allí, salvaron la vida muchos hombres.

Y tantos y tantos momentos mágicos que abarcarían muchas hojas, me dejo algunos, como una secuencia de segundos del maestro John Ford, en Centauros del desierto y tantos otros. Pero en fin, quizás otro día volvamos sobre ello.


No dejaría de vivir, momentos que he pasado junto a ti,
momentos que ahora son recuerdos,
momentos que ahora están aquí,
momentos…
DE DIEGO “El beso del traidor”
Así hablaba Kaloni, el navegante a eso de las 8:17 a. m.   5 vuelos sobre el nido del cuco
miércoles, enero 12, 2005
Amistades
Decia ( y decía bien) Arturo Pérez-Reverte en boca de Íñigo Balboa, que la amistad se nutre de rondas de vino, estocadas hombro con hombro (reales o metafóricas, añado), y silencios oportunos, y la amistad que dos personas se deberían profesar, excluirían tanto los consejos, como meterse en camisas de once varas. Pues la cosa es que hayer se presentó Boromir una de las personas que tienen acceso directo y sin previa invitación a mi (modestamente) bien surtido frigorífico, después de meses de ausencia ( ausencia parcial o más bien presencia no plena). Y entre esto y aquello y lo de más allá empiezo a vislumbrar una de las cosas que más me fastidian, y es que se ponga alguien a la defensiva sin venir a colación, y ya se sabe: excusatio non petita, acusatio manifesta. Creía el hombre haberme ninguneado al haberme, digamos, adandonado por otras gentes y otros lugares, a mi, que lo había sacado de su casa en aciagos tiempos de soledades y le había ofrecido mi más preciado tesoro, que es mi amistad. Y parece ser que la gente no acaba de conocerme del todo.Y a veces eso me sorprende, es decir, a mi sólo me puede ningunear, verbigracia, Bruce Springsteen cuando arranca con sus acordes y su voz una pieza que jamás de los jamases podré ni siquiera imitar de lejos con mi guitarra ni mi voz, y todo lo demás, me puede saber mejor o peor, pero no lograr que me sienta mal del todo, en todo caso irritar. Y eso es lo que pasa cuando alguien se pone a la defensiva, ya que entiendo que cada cual, en esta vida, hace lo que quiere o lo que puede, y quien busque el mal por su sino, que vaya al infierno a quejarse, y que a mi, explicaciones no solicitadas, pocas, que me sobra con que alguien vuelva y sea el mismo que era. Galadriel, que estaba presente, intuia mi irritación, imagino que por un pequeño tic que me daba en las rodillas, e intentaba la pobre cortar el denso ambiente con si unas papitas, unos vinos etc. Boromir, empezó a intuir la cosa tambien y cambió el sentido de su discurso, y así nos relajamos todos, había vuelto y eso era todo, no hacia falta más. En fin como decía S.King en la novela que iba a inspirar la película Stanb by me; los amigos son como el naúfrago que se coge a tus piés y no puedes hacer otra cosa que hundirte con ellos. Y a veces es así, a veces.
Así hablaba Kaloni, el navegante a eso de las 8:57 a. m.   4 vuelos sobre el nido del cuco
martes, enero 11, 2005
Gaumela
La verdad es que tenía su parte de razón Pituka. En la recreación de esta batalla, a pesar de ser grandiosa, hay algunos puntos oscuros, a saber:
1.- El flanco desbordado al que acude Alejandro a defender, no está muy claro.
2.- La brecha que se pretendía abrir para llegar al centro, a Darío, por entre los 10.000 inmortales, en ningún momento, se ve claramente como se consigue. Si bien, el teatro de operaciones es por naturaleza polvoriento, abría otros medios cinematográficos, para mostrar los estiramientos de la linea hoplita, y la posterior abertura de la brecha.

Asias Pituky.
Así hablaba Kaloni, el navegante a eso de las 9:38 a. m.   2 vuelos sobre el nido del cuco
Ahi viene la Plaga...
Pues vaya que si, de una u otra manera ya hemos cogido todos la gripe o sus derivados. Arwen ya cayó, el pobre Frodo se resistió, pero sucumbió y además tuvimos que, más medio muertos que vivos, irnos todos a Urgencias, ya que el pequeño Frodo es un caso aparte y aunque sea una menudencia de pocos grados, de momento, hay que acudir al Hospital. Galadriel, nuestra cuidadora, ayer sucumbió también la pobre.
Las cosas como vienen, claro, pero que curioso que cuando nos falta algo que tan poco valoramos cuando estamos sanos, como es la salud, lo mucho que la echamos de menos.
Así hablaba Kaloni, el navegante a eso de las 9:24 a. m.   0 vuelos sobre el nido del cuco
viernes, enero 07, 2005
Jack El Despertador (Oyendo: The Thrill is gone, BB King)
Despues de esta vorágine de fiestas, hoy me he venido a trabajar, ya que no he hecho puente, y como se podrá imaginar la concurrencia, tengo un humor de perros (bueno, tenía hace un rato), asi que un buen cafelito, y a funcionar. Por cierto, hay que decir que el café, el bien preparado, cada día del año, y según las condiciones atmosféricas (humedad relativa, presión etc) ha de molerse con más o menos intensidad, así que los buenos cafeteros, pierden tres o cuatro cafés diarios con las pruebas necesarias para mayor deleite de sus clientes, y el Jabato, mi proveedor de cafe, así lo hace ( un saludo Jabato, y a tu señora). Así que, a las 5:00 AM, hora zulú, Kaloni, El Navegante, ha librado su peculiar lucha diaria con Jack, el Despertador, esa bestia menuda.
Ayer fuimos Alatriste y yo, a ver Alejandro Magno, de Oliver Stone, y la verdad, a pesar de que me alegro mucho que haya renacido el cine de aventuras, Alejandro resulta un poco plúmbea. Val Kilmer (Philipo): majestuoso, Angelina : hubo momentos sublimes en su actuación. Momentos estelares han sido la puesta en escena de la batalla de Gaumela. Pero por lo demás, un poco pesada, y sin referencias a la Batalla de Grápico, ni el nudo Gordiano, ni poque se llamó Olimpia de la madre de Alejandro, y tan solo una breve referencia al descomunal asedio de Tiro. Pero bueno, lo dicho, me alegra que el cine de aventuras renazca.
Así hablaba Kaloni, el navegante a eso de las 7:44 a. m.   2 vuelos sobre el nido del cuco
miércoles, enero 05, 2005
Devotio a los Reyes Magos
Mañana fiesta, bien, bien, eso es bueno que haya fiestecita. Si me declaro Monarquico en términos absolutos, sin fisuras, es en virtud de mi vasallaje y devotio a los Reyes Magos. Estos personajes nos han llenado a casi todos de noches de emoción y vigilia con la esperanza de poder ver la capa del Rey.
La cosa es que Papa Noel, es un impostor, se ha ido posicionando lentamente al principio, y a un ritmo vertiginoso después a nuestro ideario y a nuestras fiestas. Y nosotros, tan dados a las corrientes culturales del exterior, pues eso, Papa Noel que te crío. Y por si fuera poco, nosotros, tan antiamericanos que somos, lo adoptamos y vestimos sus ropajes, que por cierto, diseñaron los de la Coca-Cola alla por la mitad del siglo XX, sustituyendo asi, los ropajes verdosos que debería llevar un obispo como san Nicolás, por un llamativo color rojo, distintivo de la Coca-Cola. Y ala, nosotros pa' casa el Santa Claus ese americanizado. Tampoco ha de extrañarmos, ya vamos celebrando tambien la fiesta esa del Halloween, y a no mucho tardar, nos vemos con el día de acción de gracias y esas cosas. En fin, no hay mejor desprecio que no hacer el menor aprecio.
Así hablaba Kaloni, el navegante a eso de las 8:36 a. m.   0 vuelos sobre el nido del cuco
martes, enero 04, 2005
Empecemos con buen pie, con Walt Whitman.
NO TE DETENGAS (CARPE DIEM)...
Carpe Diem, aprovecha el día.
No dejes que termine el día sin haber crecido un poco,
sin haber sido feliz, sin haber aumentado tus sueños.
No te dejes vencer por el desaliento.
No permitas que nadie te quite el derecho a expresarte,
que es casi un deber.
No abandones las ansias de hacer de tu vida algo extraordinario.
No dejes de creer que las palabras y las poesías sí pueden cambiar el mundo.
Pase lo que pase nuestra esencia está intacta.
Somos seres llenos de pasión.
La vida es desierto y oasis.
Nos derriba,
nos lastima,
nos enseña,
nos convierte en protagonistas de nuestra propia historia.
Aunque el viento sople en contra,
la poderosa obra continúa:
Tu puedes aportar una estrofa.
No dejes nunca de soñar,
porque en sueños es libre el hombre.
Así hablaba Kaloni, el navegante a eso de las 10:31 a. m.   2 vuelos sobre el nido del cuco
Aqui andamos
Pues eso aqui andamos, arreglando o desarreglando el mundo. Deja tu mensaje y veremos como resulta.
Así hablaba Kaloni, el navegante a eso de las 7:58 a. m.   4 vuelos sobre el nido del cuco
 
Eslora

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