EL VIENTO DE UMANAK
El viento de Umanak
El viento que no viene de ningún sitio ni va a ningún lugar, el viento que en ocasiones sopla sobre las cabezas de algunas personas, y les deja la chispa, la genialidad, o la locura genial que les lleva a desafiar los límites establecidos, visibles o invisibles y adentrarse en lo increíble, en lo sublime. El viento, el viento de Umanak, que debería un día rugir sobre todos nosotros, y permitirnos poseer la chispa, la genial locura de vivir con dignidad.
lunes, enero 24, 2005
Mis labores y mis horarios
El pasado sábado, 22 de enero de 2.005 A.D, fui al campo, a trabajarlo, como hago a veces.

Me levanté sobre las 7:30 horas y me fui a buscar al viejo, que junto a su amigo del alma, ya hacía casi dos horas que estaban allí, además había que marcharse pronto, porque a las doce se tenía que ir con otro amigo que le ha dado la vida y gente de posibles, a cazar, uno de esos pocos placeres que le quedan. Y digo placer porqué es mío también, porque el viejo no es de esos cazadores infames que tiran a todo lo que se mueve; él se limita a cobrar una o dos piezas a lo sumo y ya está, y muchas veces, las más, ni siquiera eso. Es perfectamente capaz de pasarse un fin de semana cazando y no traer nada a casa, porque le ha dado pena, pero se siente sumamente feliz de haber estado paseando por el monte, lentamente, arriba y abajo, en un ambiente de camaradería con sus compañeros, y compartiendo el tabaco con ellos, o los toscanos, esa especie de puros retorcidos que saben a rayos, que compran de estraperlo en alguna gasolinera y que mantienen en los labios durante todo el día, encendiéndolos miles de veces, porque en su extraña composición incluyen unos troncos enormes de a saber que planta, y que no consiguen consumirse por la llama del mechero, y hablando de política, de barcos o de lo que sea.

Así, que apretamos el ritmo un poquillo, y empezamos la labor, que era sacar leña. Esta faena, consiste básicamente, en recoger las ramas que han quedado por el suelo después de la poda, amontonarlas en haces y atados con una cuerda, arrastrarlos hacia fuera del campo, y quemarlos en una hoguera ( la poda es una labor en desuso, ya que la tiene que realizar gente especializada, y los jornales a pagar ya no los puede absorber la productividad de la tierra, así que los árboles, se secan de tanta frondosidad y no rinden porque el sol no entra en su interior, y la savia ha de racionarse entre mucha rama inerte, así que los campos dan pena de ver, y el viejo, junto con otro viejo podador, poco a poco van podando como buenamente saben). Y entre los daños colaterales que provoca este trabajo, el de recoger la leña, está el de hincarse unos pinchos que se incluyen en una horquilla de longitudes de entre 1 milímetro a los 5 ó 6 centímetros ( éstos últimos, dan miedo de ver, y eso que casi nunca se ven; van camuflados), que salen en las ramas de aquellos árboles, que fueron injertados sobre un pié no tolerante, y que, a pesar de llevar guantes, se te introducen en la piel y la carne y te espabilan, y te hace proferir una larga blasfemia, elaborada y retorcida como el toscano, que engloba, entre otros elementos de análisis, tooooooda la corte celestial, y los muertos más frescos del árbol en cuestión.

Y, ala! de prisita. Y es que uno es una bestia trabajando, así, sin modestias. Se pasa el que suscribe, toda la semana diciendo “ por consiguiente” “ flujos de caja negativos” “no obstante” “implementación de estrategias”etc. y bregando con gente engominada, algunos de ellos snobs hasta los higadillos, y otros gente engominada y fantástica, que de todo hay. Y llega el sábado, y uno se pone el traje de luces, o mono de trabajo, y se convierte en un monstruo, y empieza a sacar haces al trote, sin pararse, que lo que más me gusta es acabar pronto, el trabajo bien hecho y largarme a casa, sin dejar ramitas pequeñas, ni rastrojos, como me enseñó el viejo.

En el actual trabajo, más de lo mismo, me doy prisa y sin distracciones, y repaso lo hecho, no hay mucho mérito, eso lo hace cualquiera. Ahora bien, lo que más ayuda, es que mi trabajo depende casi totalmente de mí mismo, y es un trabajo fiel; si se amontona, me espera, a mí, sin abandonarme, como el buen desodorante.
En su día, cuando me buscaron y abandoné el antiguo trabajo, incluí una cláusula verbal ( xd, ojo con lo verbal), en virtud de la cual me podría ir a casa cuando acabase el trabajo, y éste estuviese bien hecho, fuesen las 10 de la mañana o las 15:00 que es la hora oficial de salida, ( pero pocas veces me fui antes de la hora, por vergüenza). Pero ahora, con la nueva dirección y un renovado Consejo de Administración, pues eso, a salir a la hora, sin las “muy pocas veces” esas que nombraba ( también es verdad que tengo ciertos privilegios y flexibilidades, pero ya no es lo mismo; hay que pedir permiso).
Por no ponerlo por escrito.
Por fiarse uno.
Por tontolculo.

Así hablaba Kaloni, el navegante a eso de las 9:13 a. m.  
6 Comments:
  • At 11:06 a. m., Blogger Elisabeta said…

    Yo cuando a veces (pocas) voy al campo...pasear por los naranjos me recuerda mi niñez,jugando por los huertos,corriendo,sin problemas...Aun queda algo de ese sabor de despreocupación cuando paseo por el campo,aunque hace ya muchos años desde la última vez que ayude en algo,quitar las malas hierbas del jardín...esas cosas...con sabor ya añejo.Besitos y feliz lunes

     
  • At 12:19 p. m., Blogger niria said…

    Cada trabajo tiene lo suyo... No sé yo qué prefiero, si clavarme astillas en los dedos o aguantar a los snobs de turno... Bueno, sí lo sé. La naturaleza siempre me ha aportado cosas positivas...

    Un beso y que pases buena semana.
    PD: Yo no voy a trabajar el campo, pero me paso los días encerrada en una biblioteca que huele a humanidad y no tiene máquina de café. Y es que esto de ser estudiante también tiene sus cosillas...

     
  • At 6:37 p. m., Anonymous Anónimo said…

    lei un libro en el cual un hermitaño se paso la vida en el campo por que en el encontraba su paz,creo que a mi tambien me la transmite,aunque supusiese untrabajo duro.
    Besos y gracias por todo!

     
  • At 6:54 p. m., Blogger niria said…

    kaloni, yo también adoro las bibliotecas, y las librerías, observar a la gente que navega en ellas, descubrir grandes tesoros en viejas y carcomidas estanterías y regalarles un hueco en mi largo viaje, o quizás dejar que ellos me descubran y me inviten a pasar... pero esta biblioteca es fría (aunque tenga la calefacción a tope), impersonal (aunque esté llena de personas) y con estanterías de metal que esconden manuales de esos que no entiende nadie (o casi nadie), y lo único a lo que invita (por suerte...) es a estudiar.
    PD: menos mal que tb adoro mi carrera... Más besos.

    (por cierto, esto de poner los comments por duplicado es un rollo, prefieres k t conteste a tus comments aquí o en mi blog?..discúlpame pero soy novata en todo esto..:P..)

     
  • At 7:02 p. m., Blogger Unknown said…

    Qué bien lo cuentas y cómo se va la imaginación volando tras tus descripciones, tus detalles...

    A mí me gustaria saborear el trabajo, despacito, sin prisa, quizá porque siempre me han forzado a ir a toda pastilla, en todos los trabajos en los que he estado. Por eso, hoy, aborrezco la prisa y el "tenía que estar para ayer". Para ayer, hostias, me gustaría decir.

    No me gusta la prisa, pero casi todo lo que hago ha de ser así. ¡Qué le vamos a hacer!

    Me encanta lo de que el amor es la pasión por la dicha del otro! 10 puntos por esto! (u más, si cabe)

     
  • At 7:59 a. m., Blogger Kaloni said…

    elisabeta: Eso que describes tu, es esa no desdeñable fuerza de sentirse atado a la Tierra. Recuerdo esas sensaciones tambien, y aunque esté tan denostado el campo, esa fuerza es la que nos queda a los que hemos estado ahí, correteando por entre naranjos y maizales.
    Muchos besos y abrazos.

    Irenikus: AH! Si la tierra direra para vivir dignamente, si que sé a lo que me dedicaría, sin pensarlo, pero además mañana mismo.
    Esa biblioteca de la que hablas, ¿es la de la UPV? A mi me encanta la de la Calle la Nave, tiene su sabor, su entrañable sabor.
    Ya,lo de la duplicación de post, es un rollo. Yo tb. voy un poco perdido aun, lo que te parezca mejor Irenikus, os leo a todos los que escribis.
    Muchos besos y a disfrutar de las bibliotecas.

    Anonymous: El trabajo duro no es problema, cuando se acaba, es una gozada ver el resultado. El problema es que no da para comer. Esta campaña el viejo ha perdido dinero, menos mal que teníamos algo ahorrado para estos menesteres, para pagar abonos, plaguicidas y riegos. Y eso sin contar que las horas que ha echado el viejo y yo mismo, a precio cero. Así de triste y despiadado es este mundo rural. Pero así y con todo, como bien dices, sueles encontrar la paz.
    Un abrazo.

    Julio: caramba, Julio, otra vez gracias por como te diriges a mis posts. La cita es de Cyrano de Bergerac, de la Gascuña, como D'Artagnan, y como algún antepasado mio.

    Julio:
    Pituky: veo que coincidía los dos en lo de saborear el trabajo. Eso es encomiable. Mi caso es que soy muy nervioso para trabajar, y también lo saboreo aunque parezca que no, me dicen, a veces, con cariño me imagino, que soy un quisquilloso, que cuido el detalle. La faena rutinaria ( o algorítmica , que digo yo) aprisita, y así te da despues tiempo para recrearte, imaginaos que me da un puñetazo visual ver un folio con una esquina doblada, y lo plancho, pasándolo rozado por el borde de la mesa. Y así cuando me voy, satisfecho del trabajo, se ve mi mesa con muy pocos papeles; lo pendiente pero inminente con un clip, lo demás grapado, los montones perfectamente alineados y encintados con un elástico. Y eso si, después me da tiempo para, lentamente, y sin prisas ir mantando el cutter Cutty Sark, de tres mástiles, o una buena lectura, o salir a pasear con Arwen o Frodo, con el tiempo robado a la rutina o como el Principito que decía que con el tiempo ahorrado por no beber agua,iría caminando despacito a una fuente. O como yo, que entonces me voy despacito al campo, a ver si aun está el viejo, y echarnos un cigarrito sentados en una piedra, en silencio, escuchando algún mirlo.
    Muchos besos y abrazos.

    Graf von Dracula: Muy bueno lo de Nieztche, no conocía esa cita, y eso que somos antiguos amigos/enemigos ( no estoy de acuerdo con el global de su discurso, pero la manera que tiene de defenderlo me desarma, y lo admiro por ello)
    Cochons de boches, venez por moi!! O algo así decía un antiguo soldado francés de la Gran Guerra, y tú lo mismo, con los exámenes. A muerte con ellos. Suerte y alt...ura.
    Abrazos.

     
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