EL VIENTO DE UMANAK
El viento de Umanak
El viento que no viene de ningún sitio ni va a ningún lugar, el viento que en ocasiones sopla sobre las cabezas de algunas personas, y les deja la chispa, la genialidad, o la locura genial que les lleva a desafiar los límites establecidos, visibles o invisibles y adentrarse en lo increíble, en lo sublime. El viento, el viento de Umanak, que debería un día rugir sobre todos nosotros, y permitirnos poseer la chispa, la genial locura de vivir con dignidad.
miércoles, febrero 02, 2005
Tarde fructífera.
La tarde de ayer fue fructífera, la verdad, lástima que la noche haya empañado la coyuntura propicia. Arwen se quejaba de un dolor en el oído, y hemos pasado la noche en vela.

Pero la tarde fue bien.

Después de comer y estando preparando la papillita de frutas para Frodo, con el minipimer ese, me da por probar, y ala! en vez de poner media fruta de cada, la pongo entera que un servidor, que se ha criado entre frutales, le gusta mucho. Y contentos los dos que no estaba rica ni nada. Bien.

También firmamos mi profesor de saxofón y yo un tratado de no agresión y buena vecindad. Va bien la cosa.

Y después, fui a buscar a Galadriel y a Arwen que ya había salido del cole. Y me digo, voy a armarme de valor y entrar a la tienda esa de productos dietéticos para ver una dieta que se va uno enfondando por la vida sedentaria, y ya no acude al gimnasio ni va a correr con la asiduidad necesaria. Total, que va uno a la tienda así disimulando para que no le vea nadie, por vergüenza y todas esas tonterías. Y hete aquí, que la tiendecita de marras está elevada sobre la calle y se accede por unas escaleras, y al entrar dentro, se ve uno de frente ante un inmenso cristal que abarca toda la fachada, como si fuera un cine y el protagonista eres tú. Y claro, lo de siempre, en ese momento alguien abre las escotillas y da las instrucciones precisas tal cual el Show de Truman y toooooooooda España entera empieza a transitar por delante del cristal. Y todos conocidos, claro. Y uno es protagonista único del teatro de la vida, y con un share de audiencia que ya la querrían muchos para sí. Y empiezan a saludar, y uno, adoptando un semblante como de haber entrado allí a preguntar la hora, devuelve los saludos uno a uno. Y, ante sonrisitas sardónicas, y debido a lo embarazosa de la situación, mentalmente uno contesta: -Pues anda que tu no está gorda ni ná- ,-Pués a ti vale más la pena saltarte por encima que rodearte- y lindezas por el estilo, que uno es muy suyo, y para reirse que se lean la prensa política. Ea.
Total, que te hacen pasar a la trastienda , te pesan, y una maquinita del tamaño de un bloc de notas, emite su veredicto
-Que usted tiene tantos miles de kilos de grasa, tantas hectolitros de líquidos retenidos y no haga usted mucho caso de su peso ideal, que tiene los huesos muy gordos y eso la máquina no lo contempla-
-Ah! vale- comento yo, que para eso me ha llevado Dios por la senda de la locuacidad. Maravillado además de los milagros de la tecnología, y maravillado doblemente de la cantidad de arrobas que dice la maquinita que me sobran.
-Comerá Usted todas estas raciones de supervivencia, dejará de comer esto otro, y se tomará esto, esto y esto otro de más allá- me explica más o menos la doctora, así, sentando cátedra.
Y me paro a pensar que la sabiduría acumulada en años de arduas y sesudas investigaciones y de aplicar rigurosamente el método científico en poner a dieta a todo el mundo, se parece sospechosamente a las observaciones que se realizaban antaño en los corrales de las casas rurales, que se pueden resumir, grosso modo, en que si el cerdo no come, no engorda.
Pero bueno, he ido voluntariamente allí, y hay que aguantar el tipo, ajo y agua.

Ale, salgo del templo del saber científico, y al pasar a la tienda en si, la dependienta ya me tiene preparado algunos productos para la semana, que eso si, la visita es gratis, o sea, la entrada es gratis, pero la salida cuesta su pecunio. Diuréticos para la mañana, otros para la tarde, no-se-qué leches de alcachofa ( bueno, digo yo, tendrá su delito tener en casa cajones enteros de alcachofas rescatadas de las heladas, y tener que comprarlas comprimidas, anda que…). Y, eso también es cierto, para no lesionar mi libre derecho de elección, me ofrecen la posibilidad de escoger de entre la amplia gama de galletitas saciantes, que engloban cuatro sabores diferentes. Oh! Qué bien! Me siento el ombligo del mundo, me piden mi valiosa opinión.
En resumidas cuentas, salgo de allí, con 44’00.- plumas menos. Pero contento y feliz por haber dado un paso tan importante, sólo comparable al de aquel famoso Armstrong.

Y lo más sublime de la tarde, de verdad. Miro un escaparate de una librería, y allí, medio escondido, veo el DVD de la Princesa Prometida!!, que ya le tenía ganas. A veces me paso por el FNAC o por el Media Markt o por el Corte Inglés, y siempre aparece algo que pospone su adquisición para otro rato. que si la edición de coleccionista de Master and Comander, que si el Blade Runner versión director, que si El Cuervo, que si La Diligencia, que si….. pero ya es mía, la Princesa Prometida. Y es que me encanta esta película, con Montoya haciendo el melón, que si mataste a mi padre o dejaste de hacerlo, que si el veneno en la copa, que si “como desees”.Lo dicho me encanta.
Y ale, pa’ casa.

Tarde completa, si, y fructífera.


Así hablaba Kaloni, el navegante a eso de las 11:19 a. m.  
4 Comments:
  • At 11:10 a. m., Blogger Poledra said…

    Yo me me comprado unos patines en linea para ver si me libro de lo de las galletitas, ya te contaré si funciona o me rompo la crisma. ;-)

    ..La princesa prometida....me encanta esa película.

    Un abrazo!

     
  • At 3:16 p. m., Blogger niria said…

    ¿Tocas el saxo? Yo lo tocaba, pero por dejadez y demás historias lo aparqué en un rincón de mi alcoba hace algunos años... a la espera de que algún día me venga de nuevo la inspiración y decida recuperar el tiempo perdido (la verdad es que me encanta).

    Lo de las dietas... Mucho dinero y pocos resultados, además se agría el carácter. Lo mejor, ejercicio (de toda índole).

    Y la película... Es una de mis preferidas!! De hecho, creo que es responsable de muchas de mis fantasías románticas... La vi cuando era una niña y todavía hoy me sigo quedando embobada con tanto amor...

    Besos, besos, besos

     
  • At 1:05 a. m., Blogger Elisabeta said…

    Jejeje, me han hablado de la dieta de la avena,la tengo que buscar en google (por cierto a mi también me encantaba probar la papilla de frutas de mi peque,jeje)

     
  • At 2:29 p. m., Blogger Kaloni said…

    pituky: Que suerte ver una película en inglés y entenderla. Yo llevo toda la vida con el ingles, y es que no puedo con él , me cuesta bastante ( bueno, si es bajito y se deja).
    Muchos besos.

    poledra: Ya me contarás ya. También me gustaría aprender a patinar.
    La Princesa Prometida y el beso de amor, que supero a todos los que ha habido.
    Muchos besos.

    Irenikus: Si toco el saxo, si, pero estoy aprendiendo, y encima como no tengo facilidad para el solfeo ( ni para los idiomas) pues me cuesta bastante.
    La Princesa Prometida, si es buena si, y con su banda sonora del Knofler, no veas.
    Muchos besos.

    elisabeta: Si está buena la papilla del enano, y todos los sobrantes, pa’ mi cuerpo.
    Muchos besos.

     
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