lunes, mayo 04, 2009 |
Timón a la vía |
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A veces, como cantaba Aute, "creo que de todas partes apuntan hacia mi". Los hechos luctuosos se encadenan, las desdichas se precipitan sobre unos hombros, los míos, que ya empiezan a mostrar señales de agotamiento de tantas campañas, de tantas batallas ganadas o perdidas que dejan señales sobre la antaño recia estructura.
El centro se debilita.
Una oleada tras otra, con ímpetu, con saña, y ya no hay reservas...
El padre de una amiga mía, se presentó un día en casa con una gran tarta de crema y trufa para celebrar que le habían robado toda la cosecha de sandías, -"No nos vamos a poner a llorar, ¿no?"- decía.
Y en estos valiantes pienso cuando vuelvo a agarrar el timón, después de haber dejado al pairo la nave, y a navegar de bolina otra vez, ciñendo el viento.
Y resteñar las heridas, y vuelta al combate, y cubrir la brecha con lo que se pueda, y que por lo menos te miren a los ojos.
Y es cuando te da por pensar en lo que ponía Galdós en boca de los sitiados:
-"De entre los muertos, siempre habrá una lengua viva para decir que Zaragoza no se rinde".-
Amén.
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Así hablaba Kaloni, el navegante a eso de las 8:06 a. m. |
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2 Comments: |
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Precioso. Sobre todo para un comienzo de semana :)
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Me ha encantado, tanto por un reflejo de como nos podemos sentir en algunos momentos, como por la forma en que lo has trasmitido.
A buscar tierra firme timonero... ;)
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Precioso. Sobre todo para un comienzo de semana :)